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LAS 8 CASAS (1/2): EL ESPACIO
por Patrice Guinard

-- traducción Angeles Rocamora --




1. LOS CUATRO ENGLOBANTES DE LA PERCEPCIÓN

"Todo sujeto teje sus relaciones al igual que los hilos de una araña,
con ciertas características de las cosas, y las entrelaza
para hacer de ello una red que sostenga su existencia."
(Jakob von Uexküll : Mundos animales y mundo humano)


    Kant considera el espacio y el tiempo como las formas a priori de lo que él llama "sensibilidad", es decir, como las condiciones previas de toda representación (Vorstellung) inmediata de lo real sensible. Son las referencias formales de la percepción del mundo exterior, las formas a priori del "sentido externo" (según el cual lo diverso se yuxtapone) y del "sentido interno" (según el cual éste se sucede). [1] A través de las representaciones inmediatas de la "sensibilidad" - materia del conocimiento - los objetos se dan en su diversidad; a través de las representaciones mediatas del entendimiento - conceptos o formas del conocimiento - los objetos se relacionan, se unifican, se piensan. Esta distinción renueva la antinomia platónica mundo sensible/mundo inteligible, la cual presupone la evidencia: dicho de otro modo, que hay un "real" que está dado, una materia, y que este real puede tomar forma en el espíritu.

    Sin embargo, Kant no se arriesga en considerar esta materia, y también sus formas, como condiciones previas en el acto de concebir como lo observó Schopenhauer. [2] El Espacio y el Tiempo, como la materia (o Energía) y la posibilidad de formación de conceptos (o Estructura), pueden ser considerados como medios de descomposición de lo real, marcos o límites de la percepción a priori, englobantes [3] de la consciencia. De todo ello resulta que "la Energía" es para la consciencia, la posibilidad de existencia de una realidad sea del tipo que sea (visible, audible, imaginaria, soñada, ficticia, mental...), el hecho de que haya o aparezca en la consciencia algo, mejor que nada. De la misma forma, yo llamo "Estructura" a la multiplicidad de las formas que puede tomar esta realidad, la posibilidad de aparecer en la consciencia bajo esta modalidad en lugar de aquella otra. Lo real es un continuum que la percepción y la consciencia recortan según las modalidades propias de cada uno, pero también propias a cada especie. El hombre vive en un único mundo, el que sostiene sus propias marcas, culturales por supuesto, pero más esencialmente, innatas. Puesto que estos planos de recorte de lo real son propios a la especie. Para Demócrito lo real está constituido por átomos y por combinaciones de átomos que se distinguen según su tamaño o su talla (energía), por ejemplo v y V, por su forma (estructura), por ejemplo V y N, pero también por su figura o su posición (espacio), por ejemplo N y Z, y por las variaciones temporales incesantes que los asocian y disocian (por ejemplo VN y VK). [4] Pero estas propiedades del átomo democriciano son las de la percepción humana de estos átomos y dependen de los englobantes de la consciencia.

    Durkheim describió un paradigma propio al conjunto de las sociedades sin escritura, a saber, la existencia de cuatro categorías del espíritu, los "límites permanentes de la vida mental" [5] subyacentes a la organización social de estas sociedades: la fuerza energética, el lugar espacial, el momento temporal y la distribución del conjunto, que les asegura las correspondencias y la perennidad. El pensamiento "arcaico" no mide, pero reparte; no cuantifica, sino que cualifica. La población de las sociedades primordiales está repartida en diversos géneros o clanes, en los cuales cada uno posee una función social específica, con sus competencias propias, sus privilegios, sus deberes, sus obligaciones, sus prohibiciones. La pertenencia a un clan, a una "clase", no se establece por azar, ni incluso por filiación: resulta de una distribución natural de los miembros del grupo en el seno del tejido social. Los clanes constituyen grupos exogámicos: cada uno se adhiere al clan cuyas tendencias corresponden a su naturaleza íntima. [6]

    Maná, la categoría primordial de la energía (de la sustancia, de la causalidad), designa a todo ser, cosa o fenómeno, dotado de una cierta cualidad inefable de fuerza o de potencia. Cada clan detenta su maná, su fuerza difusa e impersonal, su poder "mágico" de acción en el seno de la comunidad. Cada uno tiene su emblema, su modelo, su totem, marca simbólica de su maná y signo de reconocimiento social, de pertenencia comunitaria. Cada uno, en el seno de un clan, es una modalidad de su ser totémico. Las diferencias son respetadas y honradas, no las diferencias artificiales debidas a una actividad o a una ocupación contingente, sino las diferencias "reales", intrínsecas a las aspiraciones de cada uno de los miembros del clan. "El totem: no es más que la forma material bajo la cual se representa en la imaginación, esta sustancia inmaterial, esta energía difusa a través de toda clase de seres heterogéneos, que es, ella sola, el verdadero objeto del culto" [7] La causalidad, en tanto que posibilidad de producir una transformación, y la sustancia, no son más que interpretaciones modernas de la idea de maná.

    A cada clan se le asocian atributos específicos: animales, plantas, objetos inanimados, formaciones o elementos naturales, colores, pero también direcciones espaciales y momentos temporales (un punto cardinal y una estación si estos clanes están en número de cuatro). Los clanes no son sólo grupos sociales, son también los representantes humanos de agrupaciones naturales positivas. Así, la organización social produce los diferentes tipos de relaciones entre los hombres y su medio, o mejor dicho, ésta se armoniza con la disposición natural.

    No hay antinomia Naturaleza/Cultura: "La gente del clan y las cosas que allí están dispuestas forman, por su reunión, un sistema solidario en el que todas las partes están ligadas y vibran simpáticamente". [8] El orden social supone una distribución de las diferencias psíquicas de acuerdo a las propiedades constatadas de los elementos naturales. Así, el maná se actualiza en un lugar específico, un lugar de poder, y en un momento preciso: "La ley del mundo, es la alternancia de cualidades distintas, claramente diferenciadas, separadas, que dominan, se desvanecen y reaparecen eternamente". [9] Las fuerzas, a la vez cualifican las tendencias psíquicas impersonales, las entidades naturales del entorno cotidiano, y la función privilegiada de cada uno en el seno de la sociedad. Así, se encuentran ligadas las tres esferas de lo sagrado, de lo natural y de lo social. El Cielo, La Tierra y el Hombre de los Chinos.

    En el término de su exposición, Durkheim, positivista constante, rechaza la relación entre sus categorías y la posibilidad de la existencia de estructuras permanentes de la consciencia. Sin embargo, la hipótesis de su "origen social" no explica ni su especificidad, ni su número, como por otro lado las categorías mismas no esclarecen más que imperfectamente la diversidad de la vida social y la especificidad de sus manifestaciones culturales –y por esta razón sin duda, éstas no están muy de actualidad en la sociología y la etnología. En realidad, lo social engendra un proceso de exteriorización colectiva, bajo la forma de representaciones culturales, de los englobantes de la consciencia. Ya que la diversidad de las fuerzas-maná, sus lugares de manifestación, sus momentos de actualización y su distribución ordenada, testificados un poco por todos lados bajo diversas modalidades, desde los Indios Zuñis a los Chinos de la Antigüedad, no son más que la exteriorización cultural y manifiesta de los "límites permanentes de la vida mental" (Durkheim), son "formas a priori de la sensibilidad" (Kant), son "medios condicionales" [10], o incluso, como yo los prefiero llamar, son englobantes de la percepción.


2. ¿QUÉ ES EL ESPACIO?

"Deberás inmediatamente determinar
tu buena dirección,
y enseguida haz frente a esta dirección."

(Carlos Castaneda: Ver)

    El espacio no es ese medio neutro e inanimado, continuo e isótropo, continente informal de objetos y referencia abstracta de los actos motores: "En realidad no hay un espacio, o "el espacio", sino "espacios" distintos, heterogéneos, dotados de propiedades singulares. Todo lo que pertenece a uno de estos espacios está situado por eso mismo, como en un campo de fuerzas, y se ve penetrado, como por ósmosis, por las cualidades que caracterizan a este espacio. En lugar de un medio neutro, homogéneo, suerte de tela de fondo uniforme, hay áreas, unos medios cualitativamente determinados y que son igualmente determinantes". [11] Como el tiempo, el espacio no se mide: hay una "distancia" infinitesimal entre dos lugares alejados que pertenecen a una misma región, como hay una "distancia" inconmensurable entre dos lugares contiguos que pertenecen a regiones distintas. Son la velocidad, la actividad y el desplazamiento los que se miden, y no las regiones orgánicas o campos que forman entidades indivisibles.

    Valéry, comentando a Zénon el Eléata: "No podemos hablar de mitad más que después de haber considerado el todo, es decir, después de haberlo atravesado, de modo que para impedir el movimiento de comenzar, empezamos por fraccionarlo, por tanto, por hacerlo. El espacio a atravesar no es más que un movimiento". [12] Lo que entendemos comúnmente por espacio, cuando observamos un objeto "en el espacio", es el cuadro cuantificado y culturalmente determinado de una experiencia perceptiva, el campo de movilidad de una motricidad contingente, el convenio necesario para la separatividad de los objetos por la percepción. El espacio, entonces, no es nada por sí mismo, si no es el continente formal de estas formas discriminadas. Las asignaciones cualitativas tradicionales, primordiales, han sido reemplazadas por medidas cuantitativas que les son externas. La "materia extensa" de Descartes, señala explícitamente esta sustitución. Cada cosa no aparece más que a través de las relaciones cuantificables que definen su alteridad.

    El espacio no es ni lo extenso homogéneo de las matemáticas, ideal de una divisibilidad convencional e infinita, ni el campo heterogéneo y funcional, informe, de las necesidades y fines prácticos. [13] Entre el Uno y lo Múltiple, se debe hacer un lugar al Número, precioso a los ojos de Platón. La pérdida de la pertenencia cualitativa al espacio y el desarraigo de la consciencia moderna, proyectada en una red de relaciones pragmáticas y contingentes, expresan su ruptura con la Tierra.

    El espacio es el mundo, Cosmos y no caos, cualificado, diferenciado, orientado, pre-organizado, en el que las diferentes regiones, en número limitado, poseen cualidades específicas, transmisibles a los seres animados que les están ligados. O más bien: cada campo, cada sector, cada dirección, cada oriente, es un "ser orgánico" del que las entidades que allí viven son las manifestaciones aparentes.

    El mundo es hábitat, campo simbólico de exteriorización de lo vivo. Negar o violar estos lugares cualificados, es reducir la consciencia a su dimensión más vulgar, no "bestial", ya que precisamente el animal conserva la memoria de su pertenencia espacial. "Espacios medidos por estados interiores, presuponen esencialmente un espacio cualitativo, discontinuo, en el que cada estado interior es él mismo la medida". [14] El espacio es el campo de proyección de una interioridad de la que habremos aprendido a reconocer las diferentes coloraciones. Así, las cuatro direcciones del espacio anisótropo, asociadas a las estaciones del año, se reconocen por colores y por animales en la China antigua (Dragón azur (o verde) / Pájaro rojo / Tigre blanco / Tortuga negra) y también en los indios Zuñi, o por los vientos en los Aztecas. La tierra entera está sometida a esta organización cuaternaria en la que aquellos que, en las sociedades primordiales se proclaman "los hombres" o "Los seres humanos", ocupan el centro, región, ciudad o casa, Templo. Y para cada uno, se trata de encontrar su lugar favorable, su sitio, habida cuenta de la distribución de conjunto, de su temperamento, y de su situación existencial del momento.



3. LOS TRES ARQUETIPOS DEL ESPACIO

La Tierra es el Espacio en toda su extensión;
El Templo sacraliza sus cualidades intrínsecas;
El Espejo es la forma de su intensificación.


    El ternario arquetípico Tierra / Templo / Espejo, es la figuración matricial del espacio sagrado según la astro-filosofía. Prefigura y aumenta el simbolismo de los "signos estivales". Cáncer es Tierra, Leo es Templo y Virgo es Espejo: Cáncer, o sedimentación y expansión potencial indiferenciada; Leo, u organización y centrado de los lugares por medio de la puesta en relación de lo interno con lo externo; Virgo, o estrechamiento del espacio y aproximación afectiva en la reciprocidad de las relaciones. La Tierra es plasticidad, el Templo es compacidad, el Espejo es intimidad. [15]

    La Tierra es "todo el espacio", el límite absoluto de la extensión aérea, la superficie indefinida de lo imaginario de la consciencia. El Templo es a la vez concentración local y franqueo de los límites, residencia cerrada y apertura a lo externo, lugar y vínculo de coincidencia entre la tierra y el cielo. El Espejo es el límite último del espacio, el hogar donde éste se encierra en sí mismo y se reabsorbe reflexionándose. Y al otro lado del Espejo, atravesando el equinoccio, es el tiempo quien comienza, el Tiempo de los "signos otoñales". [16]


"El camino más corto que conduce a uno mismo, le lleva alrededor del mundo."
(Hermann de Keyserling: Diario de viaje de un filósofo)

    En Cáncer / Tierra, el espacio es indefinido, difuso, variable, plástico, a la vez abierto al exterior y encerrado en sí mismo. Arriba y abajo, delante y detrás, izquierda y derecha, son susceptibles de una expansión ilimitada, abierta a la imaginación del "viajero interior". [17] Alargándose, el espacio se retrae en el interior de una concha, de un caparazón, de un nido. La protección plástica admite una extrema variabilidad en la localización de los límites. Todo elemento viviente es suscitado, y probablemente conectado por sedimentación. Las fronteras son flexibles y móviles. Lo interno se mezcla y se confunde con lo externo, lo de dentro con lo de fuera, lo próximo con lo lejano. Exteriorización máxima, por la cual rodeamos el espacio que nos rodea, ya que lo llevamos en nosotros mismos.


"La virtud de la Imago Templi (...) es la de hacer encontrarnos
en el interior de nosotros mismos fuera de nosotros mismos."
(Henry Corbin: Templo y contemplación)

    En Leo / Templo, el espacio se organiza, se estructura, se cualifica. Los contornos se ordenan tanto dentro como fuera. Altura, anchura y profundidad se establecen. El espacio se equilibra alrededor de un centro vivificante, imagen del Cielo sobre la Tierra: "El espacio está representado como una sucesión de extensiones limitadas, dispuestas concéntricamente alrededor del lugar sagrado, disposición en la que cada extensión exterior es de calidad opuesta a aquella que encierra. Al mismo tiempo, el lugar central por una parte, cada límite por otra parte, equivalen a todo lo que los rodea.". [18] Las direcciones originales recortan en la extensión ciertos lugares con cualidades específicas. El centro está envuelto por áreas delimitadas, con propiedades definidas, y a las que están ligadas los seres que están a la vista. El Templo es el hábitat de los dioses sobre la tierra y el lugar de los encuentros sagrados entre los hombres. [19] Cumple la fusión permanente y viva de los mundos, ya que es la imagen sagrada y santificada del Cosmos. [20]


"La superficie más apasionante de la tierra es,
para nosotros, la del rostro humano."
(Georg Christoph Lichtenberg: Afosrismos)

    En Virgo / Espejo, el espacio se estrecha, se intensifica. Los límites se precisan; las fronteras se desmarcan: "Es a menudo que, por la concentración misma en el espacio íntimo más reducido, la dialéctica del dentro y fuera toma toda su fuerza." [21] Lo lejano, lo extranjero y lo exterior son evacuados: subsisten sólo los vínculos a lo más próximo. El Sí mismo, a la vez sí mismo y el Otro, el ser querido, es ferozmente protegido de toda promiscuidad indeseable. Los vínculos se fijan y se particularizan en la discriminación. Relaciones privilegiadas se establecen según afinidades viscerales. [22] Un campo estrecho se dibuja, orientado por relaciones exclusivas de atracción y de repulsión. El espacio íntimo, polarizado, defensivo, crea atracciones, imantaciones, "imanaciones" [*] que se desplegan a través del rostro del ser querido, en el espacio de su cuerpo, de sus manos, de sus ojos, de su voz. El Espejo es el espacio de la intimidad. El cara a cara es la última posición de la reciprocidad.




[1]  Emmanuel Kant, Critique de la raison pure, tr. fr. Jules Barni & P. Archambault, Paris, Garnier-Flammarion, 1976, p.81-96. « Texto

[2]  "La causalidad en sí misma es la forma de nuestro entendimiento: ya que, al igual que el espacio y el tiempo, ésta nos es dada a priori. Así pues, hasta aquí la materia, en esta calidad, pertenece también a la parte formal de nuestro conocimiento; es la forma intelectual de la causalidad misma". (in Le monde comme Volonté et comme Représentation, tr. fr.A. Burdeau, Paris, P.U.F., 1966, p.1024). « Texto

[3]  Tomo este término de Karl Jaspers. « Texto

[4]  Cf. Démocrite, Fragments, in Les Présocratiques, éd-tr Jean-Paul Dumont, Paris, Gallimard, 1988, p.767. « Texto

[5]  Émile Durkheim, Les formes élémentaires de la vie religieuse, 1912; Paris, P.U.F., 1968, p.628. « Texto

[6]  La distribución en clanes es la marca de una arquetipología "primitiva" tal y como parece demostrarlo la supervivencia de una decena de categorías, géneros nominales o "prefijos de clase" en las lenguas bantúes. « Texto

[7]  Émile Durkheim, Les formes élémentaires de la vie religieuse, 1912; Paris, P.U.F., 1968, p.270. « Texto

[8]  Émile Durkheim, Les formes élémentaires de la vie religieuse, 1912; Paris, P.U.F., 1968, p.213. « Texto

[9]  Jacques Soustelle, L'univers des Aztèques, Paris, Hermann, 1979, p.165. « Texto

[10]  La expresión es del astrólogo Jean-Pierre Nicola. « Texto

[11]  Jacques Soustelle, L'univers des Aztèques, Paris, Hermann, 1979, p.136. « Texto

[12]  Paul Valéry, in Cahiers, Judith Robinson (éd.), Paris, Gallimard, 1973, vol. 1, p.510. « Texto

[13]  Mircea Eliade describe el espacio profano en oposición al espacio sagrado: "Toda verdadera orientación desaparece, ya que el "punto fijo" no disfruta ya de un estatus ontológico único: aparece y desaparece según las necesidades cotidianas. A decir verdad, ya no existe el "Mundo" sino solamente fragmentos de un universo partido, una masa amorfa de una infinidad de "lugares" más o menos neutros donde el hombre se mueve, dirigido por las obligaciones de toda existencia integrada en una sociedad industrial". (in Le Sacré et le Profane, Hamburg 1957; éd. fr. Paris, Gallimard, 1965, p.23). « Texto

[14]  Henry Corbin, Temple et contemplation, Paris, Flammarion, 1980, p.201. « Texto

[15]  El campo social sólo puede organizarse reservándose el derecho a una plasticidad demasiado cobarde o de una intimidad demasiado limitada. La sociabilidad comunitaria reside tanto en los confines de la inmensidad de la masa como de la exigüidad de la comunión. (Esta distinción en tres formas de sociabilidad - masa, comunidad, comunión - fue realizada por Georges Gurvitch en su Dialectique et sociologie, Paris, Flammarion, 1962). « Texto

[16]  Los signos otoñales están relacionados con arquetipos temporales (Libra: el Retorno; Escorpio: la Duración; Sagitario: la Espiral), los signos invernales con arquetipos estructurales (Capricornio: el Cristal; Acuario: el Código; Piscis: la Matriz), y los signos primaverales con arquetipos energéticos (Aries: el Choque; Tauro: la Bomba; Géminis: el Flujo). « Texto

[17]  El conde báltico Hermann de Keyserling (nacido un 20 de Julio), autor del Diario de viaje de un filósofo y de las Meditaciones sudamericanas, apunta en su autobiografía su toma de conciencia de la tierra como parte constituyente de su naturaleza. (en Voyage dans le temps, tr. fr. aux éd. Stock, Paris, 1961, p.224). « Texto

[18]  S. Czarnowski, "Le morcellement de l'étendue et sa limitation dans la religion et la magie", in Actes du Congrès International d'Histoire des Religions, Paris, Champion, 1925, p.352. « Texto

[19]  Jung (nacido un 26 de Julio),arquitecto improvisado, emprendió la construcción de su mansión ideal, de su "templo" simbólico, cerca del lago de Zurich. « Texto

[20]  Como lo subraya Mircea Eliade, "El Templo santifica otra vez y contínuamente el Mundo, porque representa y es a la vez el continente". (en Le Sacré et le Profane, Hamburg 1957; éd. fr. Paris, Gallimard, 1965, p.53-54). « Texto

[21]  Gaston Bachelard, La poétique de l'espace, Paris, P.U.F., 1957; 1974, p.205. « Texto

[22]  Goethe (nacido un 28 de Agosto, por tanto Virgo como signo solar igual que Lichtenberg) apunta en sus Afinidades electivas: "Un corazón que busca siente que le falta algo." (en Romans, tr. fr. aux éd. Gallimard, Paris, 1954, p.229). Agudo conocedor del corazón humano, distingue entre "vivir con alguien" de "vivir en alguien", y subraya que "La esclavitud voluntaria es el más bello de los estados. ¿Cómo sería esto posible fuera del amor?" (en Maximes et réflexions, éd-tr Geneviève Bianquis, Paris, Gallimard, 1943, p.246). « Texto

[*]  Nota del Traductor: La palabra original utilizada por el autor es "Aimances", un neologismo francés, que no cuenta con un equivalente en español, a través del cual el autor juega con las palabras: Aimer-Aimant-Attirance. Es decir con las palabras: Amar-Imán-Atracción. « Texto


Presentación

El Dominion


Referencia de la página:
Patrice Guinard: Las 8 Casas 1/2 (El Espacio)
(version 1.0 : 09.2000)
http://cura.free.fr/esp/07domi1s.html
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