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Cyril Fagan: El Oktotopos
(con comentarios de Patrice Guinard)

-- traducción Pía Urruzuno --


Nota P.G.: Este texto es el decimonoveno capítulo de Astrological origins (Orígenes astrológicos) de Cyril Fagan (St Paul (Minnesota), Llewellyn Publications, 1971, p.161-170). Termina con mis propias opiniones sobre el tema. He sabido de su existencia en diciembre de 1991, nueve años después de mi "descubrimiento" del Dominion, es decir, el conjunto de los 8 dominios de la esfera celeste.
 

[p.161] Todo estudiante de astrología sabe que la forma moderna del horóscopo está dividida en doce sectores numerados de derecha a izquierda (en el sentido contrario a las agujas del reloj), comenzando por el Ascendente o cúspide de la primera casa. Así dividida, la forma del horóscopo representa la cubierta invisible, o el aura, que se supone rodea la tierra y que gira pari passu con la rotación de la tierra en su propio eje. Esta cubierta también se supone que se mueve con el individuo referido donde quiera que él vaya, manteniendo siempre la misma orientación. Así, la primera casa comienza siempre al este del horizonte. Los Griegos llamaron a tal esquema el Dodekotopos - dodeko que significa doce y topos que significa lugares. Por otra parte, los Griegos hicieron que sincronizara con los signos del zodíaco, comenzando con el Aries 0°, a pesar del hecho que el orden de las casas se sucede de oeste a este, mientras que el orden del zodíaco se sucede de este a oeste. Por lo tanto, son incompatibles. Uno no puede emparejar doce signos y doce casas cuando se suceden en direcciones opuestas. Es más, esto es precisamente lo que han procurado hacer los tropicalistas. [Nota P.G.: No veo ninguna relación con la cuestión del zodíaco.] Por otra parte, en los círculos árticos y antárticos donde ciertos signos zodiacales nunca ascienden sobre el horizonte, mientras otros nunca descienden debajo de él, tal sincronización colapsa completamente.[p.162-163]


Cyril Fagan: El Dodekotopos
Cyril Fagan: El Octotopos


[p.164] El Dodekotopos, que hoy es la moda en el mundo astrológico, aparece como habiendo sido entresacado de las escrituras herméticas de Hermes Trismegistos, literalmente "el tres veces más grande Thoth", y se supone que es de origen egipcio. Pero Thoth es el dios egipcio de la Luna mientras que Hermes es el dios griego para Mercurio; [Nota P.G.: Esta observación es significativa, pero ¿y la conclusión?:] así el Dodekotopos es, de hecho, una interpretación helénica de una original egipcia, cuya interpretación viola en cada punto la aptitud arquetípica de las cosas. El que parece ser el original, y por lo tanto auténtico, esquema de casas se describe en el Greek Michigan Papyrus No. 149 escrito probablemente por el pseudo Manetho, nacido en 80 D.C., del cual una traducción del erudito griego, Rupert Gleadow, apareció en los números de septiembre y de octubre de 1950 de la revista American Astrology. También es descrito en el Astronomicon de Manilius que prosperó en Roma durante los reinados de los emperadores Augusto y Tiberio. (Manilii Astronomicon ed. A.E. Housman, London, Grant, 1903-1930). Conocido como el Oktotopos - okto que significa ocho y topos, lugares – comprende solamente ocho casas y éstas giran en el sentido de las agujas del reloj, sin hacer ninguna tentativa de hacerlas concordar con los signos zodiacales.

En el esquema original de las cosas, según lo concebido por los egipcios, las llamadas casas o lugares no eran medidas de espacio en absoluto sino medidas de tiempo; un hecho que los matemáticos astrológicos modernos no han podido comprender completamente. Así pues, en vez de llamarlos casas o espacios, por desear un nombre mejor los designaremos " relojes ". Al inmortal Imhotep, de fama Sótica, se le acredita haber ideado el Oktotopos. [Nota P.G.: Sigo siendo muy escéptico en cuanto a este origen. No se adelanta ninguna referencia.] Naturalmente los brazos del crucifijo mundano, el marco de la carta, los que definen el Ascendente, el Mediocielo, el Descendente y el Antimediocielo (a menudo erróneamente llamado el nadir) son [p.165] tratados, y trigonométricamente computados, como espaciales. La división de la esfera mundana en lúnulas sucedentes y cadentes es también espacial. Pero en la cuestión del dominio, los egipcios trataron estos relojes como medidas de tiempo, tiempo convencional tal y como la gente común lo entiende.

Por una cuestión de conveniencia e identificación sincronizaremos estos ocho relojes con las horas temporales locales del día que la mayoría de la gente de la antigüedad acostumbraba a usar. Todos saben que excepto en las fechas de los equinoccios vernal u otoñal, la longitud del día nunca iguala la longitud de la noche. En verano, es mucho más largo y en el invierno, más corto, de modo que el sol sale y se pone a distintas horas durante el año. En el esquema temporal de cosas la longitud de las horas y minutos está tan proporcionada que el sol sale siempre a las 6 de la mañana (6.00 h.) y se pone a las 6 de la tarde (18.00 h.), culminando al mediodía – 12.00 h. - y llegando al Antimediocielo en la medianoche – 24.00 h. Según lo indicado en otra parte, éstas eran el smedt o puntos medios de sus relojes respectivos, que corren como sigue:

 
1er reloj = 4:30 h. a 7:30 h.
2do reloj = 7:30 h. a 10:30 h.
3ro reloj = 10:30 h a 13:30 h.
4to reloj = 13:30 h. a 16:30 h.
5to reloj = 16:30 h. a 19:30 h.
6to reloj = 19:30 h. a 22:30 h.
7mo reloj = 22:30 h. a 1:30 h.
8vo reloj = 1:30 h. a 4:30 h.


En aquellos lugares en donde el día comenzaba con la puesta del sol, el primer reloj marcaría las horas temporales de las 16:30 h. a las 19:30 h. y así sucesivamente. Según la costumbre de épocas antiguas y de una gente que habitaba las zonas subtropicales, durante el primer reloj, que era el del [p.166] amanecer y salida del sol, toda la naturaleza se despertaba a la vida y la gente se levantaba y preparaba para las actividades del día que venía - por lo tanto ellos llamaron a este reloj " vida ". Durante las horas del segundo reloj, la gente trocaba sus mercancías y se ganaba el sustento, así que ellos llamaron a este reloj como el del " dinero ". Durante el tercer reloj, que abrazaba el mediodía cuando el calor estaba en su pico más alto y hacía mucho calor para trabajar, la gente emprendía el regreso al hogar para descansar o frecuentemente tomaban sus botes para gozar del fresco de las aguas, así que este reloj fue llamado el del " viaje ". Durante el cuarto reloj honraban y entretenían a los padres así que este período fue señalado el de " padres ". Durante el quinto reloj, el de la puesta del sol, el trabajo cesaba por ese día y cada uno volvía a la casa, a la familia, así que este período fue señalado el de los " niños ". Durante el sexto reloj, los ancianos y los enfermos eran atendidos y se cubrían sus necesidades, así que este período fue señalado el de la " enfermedad ". Durante el séptimo reloj, los hogares de la gente eran cerrados por la noche y los maridos y las esposas se iban a acostar así que este período fue señalado el de la " esposa ". El octavo y último reloj era aquel del dormir y la muerte, así que fue reconocido como el reloj de la " muerte ".

En su libro reciente Sleep, Julio Segal y Gay Gaer Luce observaron que a las 10 de la mañana un hombre es muy diferente de lo que lo es a las 4 de la tarde o en la medianoche. Una de las razones obvias es la temperatura diaria, la que con gran regularidad se levanta durante el día y baja en la noche, cayendo a su punto más bajo por la mañana entre las 2.00 h. y las 5.00 h. Éste es el tiempo, indican, cuando los trabajadores vespertinos y la gente del ferrocarril tienen la mayoría de los accidentes; el tiempo en que los doctores reciben el número más alto de llamadas informando de accidentes coronarios. En el Oktotopos, el período de tiempo entre las 2.00 h. y las 5.00 h. queda comprendido en el octavo reloj - el de la muerte - y [p.167] difícilmente podría ser más apropiado. Pero en el Dodekotopos, actualmente en uso, la octava casa coincide con las horas de la tarde desde las 14.00 h. hasta las 16.00 h. que no son particularmente significativas para la mortalidad. Con su pasión por el esquematismo, los Griegos, en procura de sincronizar su zodíaco tropical con los ocho lugares, o relojes, aumentaron su número en cuatro. Esta absurda mezcla ha sido aceptada por los astrólogos tanto de Occidente como de Oriente en los últimos dos mil años, y es reverenciado como artículo de fe que no sufre ninguna contradicción. No ven nada incongruente en el hecho de que la segunda casa del Dodekotopos, la casa de la adquisición del dinero, corresponde al período de las 2.00 h. a las 4.00 h de la mañana, cuando la gran mayoría de los mortales están profundamente dormidos; ni con el hecho de que la sétima casa, la del acoplamiento, coincide con el período que va de las 4 de la tarde a las 6 de la tarde, cuando la mayoría de nosotros estamos acabando el trabajo del día y retomando nuestro cansado camino a casa.

Incidentalmente, todos los que abrazan una religión asisten a los servicios de la iglesia en las horas que están entre el mediodía y las 2 de la tarde, ¿como el Dodekotopos hizo que creyéramos? ¿O algunas comunidades asisten a la iglesia temprano por la mañana? Por supuesto que sí, dependiendo de la secta. Por lo tanto, es absurdo decretar que cualquier casa o reloj es universalmente la de la religión. Si una comunidad asiste constantemente a servicios religiosos, por ejemplo, entre las 6.00 h. y las7.00 h de la mañana, entonces para ellos el primer reloj se convierte también en el de la religión. En resumen, según la sincronización de sus costumbres diarias, cada nación, cada comunidad y cada persona decreta sus propios relojes y su propio dominio.

En su delineación de la genitura de Albrecht von Wallenstein, duque de Friedland, Johann Kepler, el famoso astrónomo y astrólogo, tiene esto que decir sobre el Dodekotopos: "... Astrólogos han hecho la división [p.168] en Doce Casas para contestar a las varias preguntas referentes a lo que el hombre desea conocer; pero no pienso que sea posible hacerlo de esta manera, que me parece ser algo supersticiosa, una suerte de adivinación de la fortuna (Wahrsagerisch) y una clase de sortilegio árabe, donde uno puede conseguir una respuesta "sí" o "no" a cualquier pregunta que pueda ocurrir a cualquier persona en cualquier momento sin saber la hora de nacimiento de la persona, de tal modo haciendo de la astrología un oráculo, y por lo tanto dependiendo de la inspiración de espíritus divinos (o algo diabólicos). Y como hago una regla del no tratar por separado con las varias casas y para no ventilar preguntas especiales, esta omisión de mi parte, espero, no será tomada inoportunamente... " (Beitrag zur Feststellung des Verhältnisses von Kepler zu Wallenstein, Transactions of St. Petersburg University). [ Nota P.G.: Esta cita de Kepler centra de una manera fundamental el problema de la transmisión del conocimiento astrológico, y su posible degradación en prácticas herméticas supersticiosas. La astrología horaria se encuentra en el centro de la discusión. ]

Horóscopo: Esta palabra se usa generalmente para significar una carta natal o figura de los cielos para el momento del nacimiento o para cualquier otro acontecimiento. Esto es incorrecto. El Dr. Richard Garnett, curador de los libros impresos en el museo británico, que, como astrólogo, escribió bajo el anagrama A.T. Trent y que también es uno de los grandes eruditos sobre los Griegos de su época, contribuyó con un trabajo muy docto en Classical Review, en julio de 1899. [ Nota P.G.: Sobre Richard Garnett, ver Patrick Curry, A confusion of prophets, Londres, Collins and Brown, 1992. ] En esto él precisa que la palabra griega hora no solo significa hora y estación sino también " el grado del zodíaco que asciende en una natividad " y cita, largamente, a Manetho y otros escritores astrológicos griegos a ese efecto. Por lo tanto, la palabra griega horoskopos (horóscopo) significa literalmente " una observación del grado del zodiaco que cruza el horizonte oriental en cualquier momento dado ". En resumen, las palabras Ascendente y Horóscopo son sinónimos. Por lo tanto, no es posible comprobar horóscopo propio, a menos que la hora del nacimiento al minuto más cercano, así como la fecha y lugar del nacimiento, sean conocidos. [Nota P.G.: Fagan señala que el antepasado, y por lo tanto la carta, pierden todo su significado en un contexto horarista.] En épocas antiguas antes del advenimiento de las efemérides, la [p.169] ascensión de tal grado - considerado el grado más personal de cada carta - era observada por medio de astrolabios o por los instrumentos similares.

El primer plano, el plano medio y el plano de fondo: Cuando los planetas están en estrecha proximidad a los ángulos de cualquier carta, se dice que están en el primer plano - los ángulos, las bisagras, o las esquinas como se los llaman a menudo -, siendo los puntos de la eclíptica que asciende, culmina, desciende, y también el punto del Antimeridiano. Algunos astrólogos llaman al punto que se asciende Punto Oriental y al que se desciende Punto Occidental pero esto realmente es absolutamente erróneo. El punto de la eclíptica que asciende está solamente al este cuando está en conjunción con el vernal, o con el equinoccio otoñal, no de otra manera; y está al oeste cuando desciende conjuntamente con estos puntos equinocciales. [Nota P.G.: La localización de la eclíptica no me parece que sea un valor absoluto.] Pero el punto de la eclíptica que culmina está siempre al sur en el hemisferio norte mientras que el opuesto o punto de la medianoche está siempre al norte. En el hemisferio sur se invierten estas orientaciones. Estos ángulos constituyen el centro y los puntos más fuertes de sus relojes respectivos. Esto significa que el Ascendente, u Horóscopo, es el centro del primer reloj del Dodekotopos; el Mediocielo es el centro del décimo reloj; el Descendente el del séptimo reloj; y el Antimediocielo el del cuarto reloj, si elegimos substituir la palabra reloj por la de casa. Cuando los planetas son colocados así, están en el primer plano y en su potencia máxima para bien o mal según su naturaleza individual. Ellos predominan y cobran relevancia sobre el resto de los planetas, dominando y coloreando la vida y el carácter hasta la exclusión de todas las otras influencias. El primer plano denota esos acontecimientos y cosas que son completamente conspicuas, que están inmediatamente delante de nuestros ojos y que ocurren inmediatamente o muy temprano en la vida.

[p.170] Los planetas cercanos a las cúspides o centros de los relojes sucedentes se dice que están en plano medio. Las casas sucedentes son las que siguen a las angulares contadas en sentido contrario a las agujas del reloj. [Nota P.G.: Fagan parece haber abandonado el Octotopos, y vuelve al Dodekatopos " tradicional ".] Puesto así, su influencia es menos eficaz y no tan obvia como aquellas en el primer plano. Teniendo una naturaleza del acemite, su acción es más rezagada y con frecuencia desarrollan su capacidad completa hacia la mitad de la vida.

Los planetas situados en las cúspides de los relojes cadentes se dice que están en el plano de fondo. Los relojes cadentes son los que siguen a los sucedentes. Puesta así, su influencia es confusa, vaga, alejada, endeble, débil, distante, ineficaz y desprovista de potencia. Los relojes cadentes denotan los horizontes de cosas olvidadas arrojadas a lo lejos o también el futuro distante. No infrecuente, los planetas posicionados en el fondo son notas mudas, teniendo, para bien o mal, ninguna influencia a menos que se configuren fuertemente con planetas en los ángulos. Una carta natal feliz es aquella donde los benéficos están angulares y los maléficos cadentes; [Nota P.G.: Esta noción de planetas maléficos y benéficos es algo vieja.] mientras que una genitura desafortunada tiene a menudo tales posiciones invertidas.



Referencia de la página:
Cyril Fagan: El Oktotopos
(con comentarios de Patrice Guinard)
http://cura.free.fr/docum/12fagan.html
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